La documentación no se ordena, se organiza. Es importante no aplicar criterios personales y respetar los criterios establecidos. Primero, se deberá clasificar la documentación por la tipología de los documentos agrupándolos en series documentales y, posteriormente, los criterios de ordenación de los documentos será la siguientes: Cronológico o por años según el orden natural del documento más antiguo al más moderno.; alfabético por nombres de persona o lugares; numérico, por el número de expediente o número de registro; o mixto que es la combinación de alguno de los criterios anteriores, como, por ejemplo, en los expedientes de contratos,